Hambre emocional, como combatir esa necesidad desesperada de comer



No todos los desórdenes en los diabéticos son causa de la enfermedad en sí, a veces muchos de los problemas que podemos vivir como diabéticos no están relacionados directamente con la diabetes sino a otros problemas los cuales deberíamos de poder identificar para combatir adecuadamente.

El “hambre diabética” es sin duda un malestar muy relacionado a nuestra enfermedad que describimos en otro artículo que les dejo acá para que puedan leer.


Pero lo que vale le pena aprender y es la razón de este articulo cuales son los “atracones emocionales” o más conocida como “hambre emocional” y las diferencias con el hambre natural y el hambre diabética.

Este es un tipo de padecimiento que pueden vivir muchas personas sean diabéticas o no, esta “hambre emocional” es una sensación desesperada de comer sucede en cualquier momento del día y en la mayoría de los casos se da por un alimento en particular (un antojo por algo). Una de sus características más comunes es que al cumplir ese deseo, al satisfacer esa necesidad un sentimiento de culpa casi inmediato llena a la persona afectado más su estado emocional.

Primero hablemos de tres diferencias, el hambre (normal), el hambre diabética y el hambre emocional.

El hambre normal se da en toda persona cuando sus niveles de glucosa en cuerpo bajan y es que la glucosa de la sangre baje es una señal de que el cuerpo necesita energía, toda persona en su estado de salud normal tendrá hambre varias veces al día, cuando su cuerpo requiera más energía en forma de comida.

El hambre diabética se da únicamente en los diabéticos, resulta que debido al mal proceso de la insulina en nuestro cuerpo los diabéticos no nos sentimos “saciados” o “llenos”. Esto se da cuando una señal es enviada desde nuestro cerebro a nuestro cuerpo dando la señal de que hemos comido la suficiente, en los pacientes diabéticos esta señal tarda mucho más de los 20 minutos que en una persona que no es diabética se da, por lo tanto, el quedar con hambre después de comer se debe reconocer como “hambre diabética”.

El en caso del “hambre emocional” la persona que la padece normalmente se ve sacudido por un impulso incontrolable por comer algo de inmediato, normalmente este impulso está acompañado por comer algo en particular  y casi siempre esta comida es comida que de satisfacción inmediata, que es el caso de la comida frita, dulce o con carbohidratos.

En la mayoría de los casos el hambre emocional se presenta como un reflejo de condiciones emocionales que vive la persona, stress, ansiedad, frustración, soledad, tristeza, depresión y aunque no lo creas también alegría.

Al no poder canalizar los sentimientos lo que sucede es que las persona canalizan este sentimiento en pensar que tienen hambre, en otras palabras, las personas “creen que tienen hambre”. Esto se da por el placer que produce comer, cuando comemos algunas hormonas del placer se liberan en el cuerpo por ejemplo la dopamina que produce placer a las personas.

Entonces cuando comemos se produce una recompensa, en este caso es el placer de comer, pero resulta que este placer es temporal, al ser emocional el momento una vez cumplido el deseo los niveles de dopamina bajan y volvemos a sentirnos igual que antes de comer y con los mismos problemas.

Es interesante saber por ejemplo que una persona en una fiesta puede también dejarse llevar por el hambre emocional por la alegría que en ese momento se vive, pero luego sentirá culpa de no haber medido las cantidades de comida que ingirió.

En el caso de los diabéticos este padecimiento es particularmente delicado puesto que el control de la enfermedad se basa en su totalidad en el control de lo que comemos, tenemos como diabéticos de saber exactamente cuándo nuestra hambre es emocional para poder identificar esos momentos y combatirlos.

Algunas características del hambre emocional que te puede ayudar a identificarla son que es repentina, es urgente, viene en forma de antojo de un alimento particular, al estar lleno siempre se quiere más y al final viene acompañado de vergüenza.

El hambre normal viene gradualmente, se sacia con cualquier alimento y sobre todo no produce culpa, produce placer.

Existen muchos métodos para combatir el hambre emocional, el primero por supuesto es identificarla, el segundo es reflexionar ¿Por qué quiero comer? Al determinar esto se debe dar un respiro, escuchar música, caminar un poco, tomar agua, relajarse, conversar son algunos de los métodos en que esta hambre meramente “emocional” puede llegar a combatirse con efectividad.

Así que la próxima vez que estés desesperado por comer y haya comido bien en el día tomate un tiempo para preguntarte ¿el por qué quieres comer? Es posible que estés sufriendo de hambre emocional.

Es hora de cambiar, hora de tomar el control de vida, se Atlético siendo diabético ¡Atrévete!

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